30 de junio de 2010

Lecturas de 3º


Argumento:

Este libro es un conjunto de relatos breves extraídos de las novelas de los grandes escritores del relato policial. Nos encontramos una gran diversidad de detectives, desde Sherlock Holmes de Conan Doyle, Sam Spade de Dashiell Hammett, hasta el inspector Sheringham de Berkeley Cox.

Argumento:

Gabriel, un adolescente de 15 años, se ve obligado a guardar reposo tras una rara
enfermedad. Para vencer el aburrimiento se dedica a observar la marisma desde la ventana
de su habitación de convaleciente con ayuda de un viejo catalejo. Un día aparece en la
marisma el cadáver de una mujer joven. Al principio todas las sospechas recaen sobre un
vagabundo, Solapo, poco apreciado en la aldea y que suele rondar por el paraje. Pero Gabriel,
que desde su atalaya había visto la noche anterior un coche sospechoso en la marisma, está
convencido de la inocencia de Solapo y, con ayuda de su hermana, llevan a cabo una
investigación paralela a la oficial para demostrar que se va a cometer una gran injusticia.

Lecturas de 1º da ESO


Argumento:

Aunque tuviera pinta de pasarse el día en las nubes, en la gigantesca barba de Arquímedes no había un solo pelo de tonto. Podía levantar barcos con la fuerza de una mano, fue uno de los más grandes detectives de la historia y se las ingenió para defender su ciudad de todo un ejército con la única ayuda de unos espejos. Así que cuando dijo: 'Dadme una palanca y moveré el mundo', muchos se echaron a temblar y nadie quiso dejarle una.

Argumento:

Una mañana de mediados de diciembre un grupo de alumnos, al entrar al
colegio, son desviados a la biblioteca. Un inspector de policía y sus dos
agentes les interrogan acerca de la desaparición de la profesora de
Matemáticas, la Hipotenusa como ellos la llaman. La tarde anterior, esta
profesora los recibió en su casa para explicarles las dificultades que podían
encontrar en la prueba escrita del día siguiente. Ellos, entre bromas, mientras
la profesora va preparando la merienda, comentan la posibilidad de, en ese
momento, robar el examen, copiar las preguntas y devolverlo. La profesora
desaparece y ellos son los últimos que la han visto. Uno a uno aclara su
participación en el robo, hasta que Boris se declara culpable. En ese momento
el inspector informa de que la profesora ha llamado por teléfono para justificar
su falta al trabajo. Está muy preocupada. Desde la noche anterior está
buscando a un joven desconocido que entró en su casa a robar y ella,
asustada, le asestó un fuerte golpe en la cabeza antes de que saltara por la
ventana. Necesita saber qué ha sido de él. Tras esta revelación, Boris comenzó
su relato. Declara que ayudó a su hermano Malaquías en el robo; fue él quien
escribió la nota a Salud para que dejara la ventana abierta y así facilitarle la
entrada al despacho de la casa de la Hipotenusa. El equipo técnico de
investigación, al terminar de escuchar la explicación de Andrés, el cronista,
resuelve el caso alegando que Boris padece una enfermedad de doble
personalidad y se inventa la existencia del “hermano malo” para que pague las
culpas de sus malas acciones, pues todos saben que es hijo único y fue
adoptado por un abogado cuando murió su mujer y se quedó solo.
Sin embargo, es en los dos últimos capítulos cuando Boris descubre su
verdadera identidad a Andrés. Sí existe su “hermano”, pero está metido en una
red de piratería informática de la que difícilmente puede salir sin ayuda


Comentario do autor:

Con buen humor...

De niño —y adolescente, y mayor—, yo también fui un pésimo estudiante de matemáticas. Las odiaba. No las entendía —quería ser escritor, claro—. En cambio me apasionaban los juegos, adivinanzas, acertijos, jeroglíficos. Incluso los hacía yo. Ahora sé que no es tan fiero el león como lo pintan, y que eso de los números es... un juego, como dice el maravilloso —e inventado— profesor de este libro.

Tal vez esta historia sirva para poner un poco de paz en los extremos. Un puente entre los profes de mates duros y los alumnos aún más duros de entendederas que no pillan ni una. Tal vez. Sea como sea, es un divertimento, y espero que así haya sido interpretado.

No soy ningún genio matemático, así que los problemas de la novela han sido extraídos de los libros Entretenimientos matemáticos de N. Estévanez, publicado en París en 1894, y Matemáticas para divertirse de Martin Gardner. También ha aportado su granito de arena un excelente profe: Sebastián Sánchez Cerón de Alhama de Murcia. El resto es mío, incluida la superpista del capítulo 15 o el jeroglífico del tablón de anuncios.

Si dicen que "la letra con sangre entra" —aunque tampoco sea para tanto—, espero que "las matemáticas con buen humor pasen mejor" —que me lo acabo de inventar, pero me parece muy cierto—. Después de todo, 2 y 2 pueden ser 4 ó 22.

¿O no?

Jordi Sierra i Fabra

Membros do Club de Lectura

Lectores de 1º da ESO:
Lucas Abal
Héctor Arango
Sandra Baúlde
Alicia Baúlo
Ramón Castro
Diego Cores
Luis Fernández
Rubén Fiel
Juan Gómez
Andrea Iglesias
Borja Luna
Noelia Muníz
Carmen Ozores
Marta Pérez
Benigno Santos
Aida Abal
Laura Cañón
Breixo Estévez
Iago González
Rodrigo Nogueira
Mª Isabel Nogueira
David Oubiña
Francisco Portela
Elena Reigosa
Alba Romero
Andrea Ruadas
Mª Dolores Santamaría
Andrea Santos


Lectoras de 3º da ESO
Cristina Abal
Soledad Baños
Jéssica Bistilleiro
Mariana Cortez
Saray Santos
Cristina Besada
Cristina Cores
Sandra Díaz
Verónica Oubiña

Profesores colaboradores:
María Sanmiguel
Ana Rodríguez
Sandro Gestal
Elisa Río
Ángela Cobo
Carmen do Porto
Carlos Julián Vazquéz
Fernando Gómez (auxiliar administrativo)

Cordinadora do club:
Begoña Ferreiro

Los derechos del lector.

1. El derecho a no leer. La libertad de escribir no debe ir acompañada del deber de leer. Se evitará considerar a priori a cualquier individuo que no lee, un bruto potencial o un cretino contumaz.

2. El derecho a saltarse las páginas. Uno puede saltarse perfectamente los párrafos, páginas o partes del libro que no le interesan.

3. El derecho a no terminar un libro. Hay 36.000 motivos para abandonar una novela antes del final: la historia no interesa, sensación de haberla leído antes, no gusta el tema... ¿Un libro se nos cae de la mano? Que se caiga.

4. El derecho a releer. Se puede releer simplemente por el placer de la repetición, la alegría del reencuentro.

5. El derecho a leer cualquier cosa. Se pueden leer malas novelas. A cierta edad pueden estimular el saludable vicio de la lectura.

6. El derecho al bovarismo. La satisfacción inmediata y exclusiva de las sensaciones. No porque una joven coleccione novelas rosas acabará tragándose una cuchara de arsénico.

7. El derecho a leer en cualquier lugar. Un ejemplo vale más que mil palabras: el soldado Fulano se presenta voluntario para limpiar las letrinas. Es un trabajo despreciable pero rápido. Un cuarto de hora de bayeta le permite leer las obras completas de Gógol.

8. El derecho a hojear. Coger cualquier volumen de la biblioteca y hojearlo. Se puede abrir Proust, Shakespeare o Chandler por cualquier parte; seguro que proporciona cinco minutos interesantes.

9. El derecho a leer en voz alta. Leer en voz alta para uno mismo o para los otros es un ejercicio estimulante.

10. El derecho a callarnos. Absoluto derecho a no opinar sobre lo que se ha leído.

Daniel Pennac
Libro "Como una Novela"